¿Alguna vez te has preguntado cómo es la supervisión del capital humano en tu empresa? Un buen liderazgo es fundamental en las organizaciones, pues de este depende el cumplimiento de objetivos y estrategias. Además, influye de manera directa en la motivación del personal, desempeño laboral, crecimiento económico e innovación en las actividades.
En ocasiones, por buscar un liderazgo y supervisión eficientes, las personas al frente de un grupo pueden caer en prácticas de gestión inadecuadas, como el micromanagement o microgestión. Este se refiere a la supervisión excesiva en los equipos de trabajo que provoca desconfianza, saturación laboral, altos niveles de estrés y desorganización.
¿Cómo identificar el micromanagement?
Muchas de las empresas que enfrentan este tipo de liderazgo, no siempre saben cómo identificarlo y, con el tiempo, su falta de visión estrategica trae repercusiones para la organización como pérdidas económicas, desmotivación del capital humano, frustración en diversas áreas y fuga de talento, de acuerdo con la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh).
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Algunos especialistas, asocian el micromanagement con los siguiente aspectos:
- Enfoque excesivo en el equipo. El líder enfoca la mayor parte de su tiempo en la supervisión de sus colaboradores y olvida atender las necesidades de los clientes. Esto causa, por ejemplo, mala gestión del tiempo y pérdida de clientes.
- Culpar al personal por los fracasos. Este tipo de líderes no suelen ver las fallas como propias o en grupo, por lo que el fracaso lo ven como responsabilidad de los colaboradores y no en equipo, pues consideran que sus decisiones o acciones fueron las apropiadas.
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- Supervisión errónea. Aunque se dedica gran parte del día a supervisar al personal, no quiere decir que se haga de manera correcta. Los líderes suelen olvidarse de guiar, motivar y apoyar a su equipo, no brindan ni reciben retroalimentación. Por ejemplo, en ocasiones su vigilancia es por falta de confianza al considerar que las tareas no se realizan de manera adecuada.
- Mala comunicación. El líder es incapaz de conversar con su equipo de manera asertiva, es decir, no permite un espacio en el que ambas partes puedan compartir sus ideas y, la mayor parte del tiempo el personal prefiere guardar sus opiniones para evitar entrar en polémicas tóxicas, según la consultora UKG.
- Retrasos en las actividades. Al intentar mantener todo en orden, quienes practican el micromanagement causan que los colaboradores no puedan desarrollar sus actividades fluidamente. Por ejemplo, el tener controlados ciertos accesos como el ingreso a plataformas del proyecto o información relevante del cliente, lo que provoca que el personal no pueda revisarlas con libertad y requieren solicitar autorización constantemente.
- Reuniones excesivas. Es bueno programar reuniones con los colaboradores para organizar las actividades a desempeñar, evaluar el avance en el proyecto y resolver algunas inquietudes generales del equipo. Sin embargo, cuando se presenta el micromanagement, las juntas se vuelven excesivas lo que provoca no sólo retrasos en las actividades, sino también desconcentración antes y después de la reunión, y uso de tiempo que podría aprovecharse en sus asignaciones.
Gracias a softwares como ZEUS los líderes pueden supervisar de manera eficiente, sin caer en la microgestión. Otorga reportes de los avances diarios de los colaboradores para asegurar el cumplimiento de objetivos, también ofrece un chat interno para entablar comunicación con el personal para resolver dudas.
Con el fin de ahorrar tiempo en la delegación de actividades y reuniones cuenta con una herramienta para asignar actividades al personal y un apartado para enviar comunicados de forma masiva o ciertas áreas, los cuales se muestran de forma dinámica como formato de stories de Instagram.
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