En el escenario actual global, el cambio climático será un factor determinante para el crecimiento económico. Pues impacta en muchos más frentes de los que se piensa. Por ejemplo el calor, que puede llegar a afectar la productividad de las empresas.
Conocer el escenario actual y las proyecciones climáticas de los próximos años, puede permitir que los sectores económicos planeen para las contingencias o pongan manos a la obra para reducir los daños.
Un fenómeno que afectará al mundo laboral son las islas de calor urbanas que son, las áreas de concentración de calor en las ciudades por el aumento demográfico y la urbanización, sobrepoblación, el asfalto y la densidad de automóviles.
La Ciudad de México es un gran ejemplo, pues se ubica como la segunda entidad con mayor número de habitantes de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2020, al contar con 9 millones 209 mil 944 habitantes, es decir el 7.3% de la población del país.
Además de las personas que habitan en la CDMX, tan sólo de enero a abril del 2023 llegaron 4 millones 481 mil 656 turistas a hoteles, según datos de la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México, lo que intensifica la problemática, por consumo energético, de recursos y la carga a los sistemas de servicios.
Ante el aumento creciente en las temperaturas y la intensidad de los cambios climáticos provocadas por las islas de calor, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Oficina Internacional del Trabajo decidieron analizar sus efectos en las personas que realizan actividades laborales de oficina y, principalmente, al aire libre.
De acuerdo con su investigación Trabajar en un planeta más caliente, las islas de calor ponen en riesgo la productividad de los colaboradores y su salud por lo denominado como estrés térmico que podría convertirse en un fenómeno habitual debido al aumento en la temperatura mundial.
Los colaboradores podrían sufrirlo cuando inicia la primavera, sin embargo, las olas de calor ya no solo se ligan a la estación del año. Por lo que es preciso estar al pendiente de las altas temporadas de calor para evitar pérdidas económicas, especialmente en zonas donde las temperaturas son menos templadas.
Se prevé que en 2030 este tipo de estrés inducirá a una reducción del 2.2% en el número total de horas de trabajo en el mundo y 2.4 billones de dólares en el PIB mundial, de acuerdo con la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).
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Realizar actividades de recreación o trabajar al aire libre sin los fríos de invierno puede ser atrayente, pero el calor puede provocar estrés térmico. Este se refiere a un incremento de la temperatura en el cuerpo, superior a los niveles que pueden tolerarse fisiológicamente. Dicho aumento puede provocar hipertermia y, en última instancia, a la muerte, según la OIT.
Para que un cuerpo funcione de manera normal se requiere mantener la temperatura corporal alrededor de los 37°C, pero con un intercambio constante entre el calor del cuerpo y el ambiente, según la OIT. Cuando una persona está expuesta a altas temperaturas climáticas, se produce el estrés térmico.
Por ejemplo, menciona que cuando el ambiente alcanza temperaturas de 24 a 26°C la productividad laboral disminuye levemente, pero al alcanzar 33 o 34°C con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pierden el 50% de su capacidad.
Explican que esto se debe a que los mecanismos de regulación interna del cuerpo de los trabajadores, ya no sean capaces de mantener la temperatura al nivel necesario para el funcionamiento normal, por tanto, se aumenta el riesgo de sufrir malestares y lesiones derivadas del calor como sarpullido, dolor de cabeza, irritabilidad, calambres y agotamiento físico.
Para hacer frente al estrés térmico, se suele bajar el ritmo de trabajo, por ejemplo, con descansos más frecuentes y prolongados o reducir la jornada laboral y, por tanto, se disminuye la productividad, rendimiento económico e ingresos familiares.
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¿Cómo se puede evitar?
Algunas prácticas proambientales que pueden seguir las empresas para contrarrestar el aumento de las altas temperaturas son:
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Gestiona estás prácticas con ZEUS, este superadministrador te permitirá enviar comunicados masivos sobre las jornadas proambientales que realices, puedes llevar un registro de asistencia para evaluar el compromiso de los colaboradores en estas dinámicas.
En la zona de la frontera norte, donde las temperaturas suelen ser de 49° o más, son más vulnerables a sufrir golpes de calor o estrés térmico. Por ello, a través de la aplicación puedes gestionar su bienestar y entablar comunicación directa para atender asuntos relacionados con su salud o efectos que tengan por las olas de calor. Incluso, por ejemplo, acordar un horario flexible o remoto para prevenir riesgos.
Con ZEUS también puedes programar capacitaciones relacionadas con el calor, como medidas preventivas para no sufrir un golpe de calor, la importancia de realizar acciones proambientales y cómo pueden contribuir.
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